ras una extensa carrera en televisión y en el mundo del documental que le ha llevado a ganar el Emmy por el reality “American high” y nominado en Sundance gracias al documental “The september Issue”, R.J. Cutler (Nashville) se lanza al largometraje con la adaptación de la novela homónima de Gayle Forman que cuenta la historia de Mia, una adolescente que teniéndolo todo: una familia adorable, novio, amigas y una prometedora carrera musical, todo eso cambia cuando sufre un terrible accidente de coche que le hará tomar una drástica decisión.
Chloë Grace Moretz es a día de hoy una de las jóvenes promesas más interesantes que ofrece el panorama cinematográfico con papeles tan dispares pero interesante como Abby en “Déjame Entrar” (Matt Reeves, 2010), remake de la cinta sueca de 2008, “La invención de Hugo” (Martin Scorsese, 2011) o “Kick-Ass” (Matthew Vaughn, 2010). El año pasado se estrenaba la olvidable y prescindible “Carrie” (Kimberly Peirce, 2013) remake del clásico de De Palma. Tanto este último título como “Si decido quedarme” beben de la misma fuente: Un desarrollo penoso tanto en acciones como en diálogos pero arropado por una entrega total de la jovencísima actriz que agarra su personaje y no lo abandona hasta el final.
El guión que escribe Shauna Cross (Roller girls, Que esperar cuando estás esperando) toma una novela sonrojantemente lacrimógena que sin llegar a los ridículos marcados por la saga “Crespúsculo” construye una historia de amor adolescente a base de penosas situaciones y/o personajes (la escena de la picadura de abeja en la mano puede estar entre el top 3). Además, la película se divide en dos bloques, presente y pasado, y la edición que logra Keith Henderson (ayudante de edición en la trepidante “El caso Bourne” (Doug Liman,2002) es deficiente ya que los saltos temporales no persiguen lógica alguna. Como digo Moretz junto al veterano Stacy Keach (American History X, Prison break, Nebraska) logran salvar la función del despropósito total que en cambio nos regalan Jamie Blackley (Blancanieves y la leyenda del cazador, El quinto poder), Mireille Enos (Guerra mundial Z, Sabotage) o Joshua Leonard (El proyecto de la bruja de Blair, Hombres de honor).
Una película cuyo piedra angular sobre la que se construye toda ella podría haber sido un interesante re visitación de lo que significa para cada uno la palabra “sacrificio” y en lugar de ello se vuelve a acudir a la fórmula facilona de “chico malo” + “niña inocente y virginal” que tanto gusta y que entiendo que en determinado público haga mella.
